Si hay algo impresionante en el teatro es ver los montajes que hoy en día se hacen de los clásicos. Y si hay una compañía hoy en España que consigue llegar al nivel de la Compañía Nacional de Teatro Clásico en sus montajes sobre los clásicos es RAKATÁ TEATRO, a la que sigo desde hace unos meses porque me parecen los mejores. Su interés por el teatro clásico los ha llevado no solo a un repertorio inigualable sino a ser elegidos por la Royal Shakespeare Company para interpretar un drama histórico del genio inglés en el teatro donde todos los actores esperan estrenar algún día, The Globe, el teatro que a lo largo del siglo XVII vio en las tablas los éxitos de genios como el de Stratford, pero también los de otros contemporáneos como Christopher Marlowe, como es este caso.
Asistí al pre-estreno de la maravillosa historia del Dr. Faustus en el Teatro Auditorio Adolfo Marsillach de San Sebastián de los Reyes invitado por los actores de esta incomparable compañía. Si me habían dejado totalmente sin palabras en la representación y puesta en escena de El castigo sin venganza de Lope de Vega, he disfrutado como nunca al verlos de nuevo en esta increíble obra que quedó oculta tras el genio de Shakespeare pero que hoy han recuperado de la mano del director Simon Breden.
El vestuario, las actuaciones, el montaje, el saber hacer de todos (cuando digo todos incluyo, como es lógico, a los que no aparecen en escena y son el alma de toda obra de teatro, incluyendo a los que diseñaron el cartel de la obra) y la magnífica puesta en escena me subyugaron desde el primer momento. Óscar Sánchez, interpretando al mítico Dr. Faustus, brilla en el escenario, cuando él aparece nada más atrae tu atención; Rodrigo Arribas, en su papel de Wagner, el criado del Dr. Faustus, y haciendo de Galileo, eclipsa las luces del escenario; todos los demás están increíbles: Mario Vedoya, Bruno Ciordia, Jesús Teyssiere, Alicia Garau, Ana María Montero y Juan Pedro Schwartz. Todos consiguen traer el mito del Dr. Faustus al escenario, parece que haces el viaje con él durante las dos horas que dura la función, te meten tanto en la función que no puedes salir de allí.
Todos conocemos hoy en día el mito de Fausto por la versión romántica de Goethe, pero este Dr. Faustus de Marlowe despoja al mito de todo romanticismo y nos presenta a un hombre cegado por la ambición, de moral quebradiza y loco por poseer una vida en la que él pueda dominar todo y a todos. La sociedad dominada por el pecado y el horror que presenta esta obra y a este mito pueden trasladarse perfectamente a la nuestra, por eso se considera a Faustus como un mito, alguien que pervive para siempre en nuestra memoria. Esa lucha entre el bien y el mal nos lleva a todos a admirar a Faustus, pero como dice el propio Simon Breden "acabará por convertirnos en Mefistófeles a nosotros mismos".
El Dr. Faustus vende su alma al diablo por conseguir algo que desea para toda la vida, pero finalmente el paso del tiempo, ese "urdidor de mortajas" que nos presentaban ya los clásicos, acaba con la vida de un hombre que, desde entonces, es un mito. Y por ser un mito es por lo que no dejamos de pensar en él tras una puesta en escena tan magnífica, realista, utópica, conmovedora y fantástica como la que han propuesto desde RAKATÁ TEATRO.
¡Ojalá muchos ayuntamientos sigan el ejemplo del de San Sebastián de los Reyes y ojalá su ejemplo cunda entre la clase política dirigente! Solo a través de la cultura podemos conseguir almas educadas que no acaben convirtiéndose en futuros "Faustus" o en "pequeños Mefistófeles" de sus propias vidas.
Lo más importante que hay que sacar en claro de esta obra es que Faustus nunca pensó en las consecuencias de sus acciones, por eso es tan interesante que todos veamos esta obra para que, a través de una enseñanza indirecta, no creamos que nuestras decisiones no tienen consecuencias futuras. Eduquemos a nuestros jóvenes con obras de teatro clásico y en poco tiempo nuestra sociedad verá con otros ojos el mundo que estamos destruyendo.
¡Mucha mierda para Rodrigo y sus compañeros de viaje! Sois los mejores.