A mí no me habían enganchado ninguna de las dos anteriores películas sobre el tema de los simios. Ni la gran película protagonizada por Charlton Heston, a pesar incluso de que pude ver en vivo los escenarios naturales en que se grabó, en el siempre original Túnez, y mucho menos la versión de Tim Burton, una estética y una forma de ver el mundo que está un poco demasiado lejos de la mía. Cuando me senté en la butaca, tenía miedo a volver a aburrirme como en las anteriores, pero eso no ocurrió en ningún momento. No solo me enganchó la preciosa historia, sino que sus protagonistas fueron los mejores. James Franco hace un papel inolvidable porque debe enfrentar su interés investigador al amor por sus seres cercanos y queridos. La chica protagonista, la guapísima Freida Pinto, a la que ya no reconocemos desde Slumdog Millionaire, es otro de los pilares de esta historia tan sensible. Y magnífico en su delirio y en sus buenos momentos está el padre de Will (James Franco), el actor John Lithgow. Claro que una película sobre este tema debe tener como protagonista a un simio, en este caso es César, un simio tan cercano a los humanos que sales de la sala pensando que podría ser un amigo más. Impresionante su participación. Para mí, un clásico moderno muy por encima de la película de Heston. Id a ver esta maravilla que os ayudará a pensar que el mundo de los hombres y el del mono no están lejos, muy al contrario, estamos demasiado cerca. Salí del cine maravillado, pensando que quizá algún día no muy lejano algunas de las palabras de Will en la película se harán realidad. Gracias a Rupert Wyatt por su magnífica dirección. Y gracias a mi amigo Dani por insistir en que la viera.
Querido Alex,
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo contigo. Mi visita al cine en esta ocasión aconteció en unos términos muy similares a los tuyos. Me senté en la butaca sin demasiadas expectativas, más allá de las de dejarme seducir por la calidad de sus efectos ténicos y visuales.
Pero nada más lejos. No habían transcurrido ni cinco minutos de su comienzo, cuando ya me encontraba absolutamente enganchada. Salí encantada con las interpretaciones y con su bien traído argumento de precuela. Pero sobre todo con las reflexiones que me indujo a hacer. Y es que, cuánto mejor nos iría si caminásemos algo más de la mano con el mundo animal. Está de vuelta de todos nosotros.