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martes, 2 de agosto de 2011

MR. SKEFFINGTON, 1944 (WARNER BROS., CINE)

Esta increíble película pone a la inigualable Bette Davis a la altura de las mejores actrices del mundo. Todas sus grandes películas la han llevado al éxito: La loba, ¿Qué fue de Baby Jane?, Eva al desnudo..., pero ya en 1944, año en que esta película se pudo ver en las salas de cine, la Davis recibía su octava nominación al Oscar, claro, por Mr. Skeffington. Junto a la Davis aparecen Claude Rains, su abnegado esposo judío, Walter Abel, Richard Waring, George Coulouris y Marjorie Riordans. Todos ellos dirigidos por la sabia mano de Vincent Sherman.
Esta película trata sobre la vanidad, sobre cómo las personas se dan cuenta demasiado tarde de que su belleza se ha marchitado y de que ya no les queda tiempo para nada. Es este un tema literario por excelencia, el de las personas que solo se preocupan de sí mismas. Fue tratado magistralmente por el irlandés Oscar Wilde a través del famoso cuadro pintado en El retrato de Dorian Gray, como veremos en esta película (el cine siempre ha aprovechado los recursos literarios para avanzar, aunque aquí el cuadro no estará escondido en el desván, sino en el salón a la vista de todos y rodeado de espejos que reflejan siempre tu imagen).
La joven y bella Fanny ha dedicado su vida por entero a la belleza y a gustar a los hombres. Cuando conoce al Señor Skeffington, acaba casándose con él. Pero no lo hace por amor, sino por interés. Su matrimonio hace aguas por todas partes: ella sigue alentando a sus pretendientes y su marido, cansado de que no le haga ningún caso, comienza a verse con mujeres más jóvenes. Antes han tenido una hija, pero ahora llega el momento de la separación. La hija se va a Europa, concretamente a Alemania, con su padre judío. Los avatares históricos harán que Fanny, la hija de ambos, vuelva a Nueva York, a la casa de su madre, mientras el padre sigue en Europa. La casi anciana Fanny sufre una enfermedad y se siente vieja y marchita, como las rosas que han dejado que pase demasiado tiempo sin preocuparse por nada que no sea su propia belleza y su propio interés. Comienza aquí la segunda parte de la película: la madre va en decadencia frente a la belleza sin par de la hija a la que ha querido "en la distancia" durante todos estos años. El primo George, enamorado desde siempre de Fanny, la madre, es el portador de la anagnórisis, como ocurría en la antigua tragedia griega: cuando todo parecía hundirse alrededor de la vieja Fanny, todo resurge porque "Una mujer es bella cuando es amada. Y solo entonces".
Increíble, llena de vanidad y de amor, con mucho que enseñar, sobre todo a las generaciones jóvenes. La casa llena y la casa vacía de la Sra. Skeffington son el símbolo de nuestra sociedad, tan enganchada a los "realities" y a la vida de mentira, vivida por otros, y a la incomunicación. Sobre todo esto y mucho más habla la magnífica película Mr. Skeffington, remasterizada y con material compelmentario editada de nuevo por Turner Entertainment y Warner Bros. en 2005. Disfrutadla, pensad mucho en el mensaje que nos envía y en los modelos de comportamiento que siempre se han repetido y continúan repitiéndose en nuestra sociedad de hoy. Dejaos llevar por su interés y su actualidad a pesar de que tiene más de 60 años.

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